«A veces, las cosas más pequeñas, ocupan un mayor espacio en tu corazón» – Winnie the pooh
¿Te consideras una persona detallista? ¿Valoras los pequeños detalles que te rodean o que la gente pueda tener contigo?
Hace un tiempo asistí a un taller que se llamaba “Los 5 lenguajes del amor”, que impartía mi querida Carolina Iribarnegaray, terapeuta que recomiendo mucho mucho. Yo aprendo muchísimo de ella cada vez que asisto a alguna formación o taller suyo. La verdad es que conectamos desde el primer momento y me hace sentir muy cómoda.
El taller está basado en un libro de Gary Chapman, os dejo el enlace por si os interesa:
https://www.amazon.es/Lenguajes-Amor-Secreto-Amor-Perdura/dp/0789923734
Uno de esos 5 lenguajes era el de los regalos. Por supuesto, no se refiere al hecho de comprarle algo a alguien, ni siquiera que sea algo físico, un objeto. Se refiere a un símbolo como demostración de afecto que tiene que ver con el acto de dar.
Hay muchas formas de hacer un regalo o de tener un detalle.
Me sentí muy identificada con ese lenguaje, porque me encanta sorprender y tener detalles con la gente a la que quiero. A veces también compro regalos, sí, pero siempre me gusta añadir algo personal, algo que haya hecho yo exclusivamente para esa persona.
Además, me gusta que sea en cualquier momento, sin esperar a fechas señaladas. Simplemente porque sí, porque en ese momento he pensado en esa persona y me apetece hacerle sonreír: algo que había dicho que quería o necesitaba y ya ni él o ella se acuerda, un ramito de flores o una única flor, un dulce que sé que le gusta, una nota, una botellita de algún licor especial, un beso o un abrazo inesperado…
Incluso para las personas que no tenemos cerca, hoy en día es muy fácil teniendo acceso a internet: una foto de un lugar en el que estuvimos juntos y pasamos un buen rato, una canción que tenga un significado especial para ambos, un enlace a algo que pueda serle útil, una frase inspiradora o una empoderadora en un momento que sabemos que le ayudará…
Cualquiera de ellos sirve para tener un detalle, para mostrar gratitud y dedicación.
Presencia…
Personalmente, creo que el mejor regalo que se le puede hacer a alguien es la presencia. La propia palabra viene de “presente”, la cual también significa regalo y a la vez implica valorar el momento presente, algo que nos cuesta por el hecho de estar dándole vueltas al pasado o preocupadas por el futuro.
Cuando digo presencia me refiero a compartir tiempo de calidad con alguien, darle al otro toda nuestra atención, estar conectados, tener conversaciones de calidad, escuchar para comprender. Esto lo podemos hacer con esa persona con la que queremos tener ese detalle o perfectamente lo podemos hacer con nosotr@s mism@s, que también nos lo merecemos y mucho.
Tengo una amiga, una gran amiga y compañera de viajes, que siempre me dice “es que tú eres muy detallista” queriendo decir que ella no lo es. Por supuesto que lo es, lo que le pasa es que es muy discreta y muy humilde y ella misma no aprecia sus detalles, no les da valor.
Pero yo sí que los aprecio, prestando un poco de atención, se ven claramente. Y poniendo intención, claro. Si no quieres ver algo, basta con mirar para otro lado.
Suele pasar que las personas que no son tan detallistas, tampoco valoran mucho los detalles que otros tienen con ellas. Aunque éste no es su caso, porque ella sí que valora los detalles de los demás.
También tengo otro amigo, lo reconocerá al leer el artículo, que es muy detallista y muy agradecido, y que solemos entrar en un bucle de detalles mutuamente. Yo le regalo una botella de sidra, él a mí otra de licor, yo le envío una canción y él a mí me devuelve otra mejor, yo le explico alguna técnica de autoconocimiento que le pueda ayudar y él a mí alguna de jardinería. La verdad es que me pega mil vueltas en esto de ser detallista, lo reconozco. Es un privilegio tenerle.
Ahora, ¡A practicar!
Te propongo un ejercicio sencillo para practicar el ser detallista:
Piensa en una persona con la que quieras tener un detalle. Durante unos minutos, centra tu atención en él o ella y no hagas nada más. Si quieres, coge un papel y un boli, que siempre ayudan. Piensa en lo que le gusta, piensa en las cosas que le hacen sonreír, en lo que llama su atención, de lo que le gusta hablar, …
Haz una lista de artículos relacionados con esos temas y de pequeños gestos que tengan relación.
Sólo te queda escoger uno y disfrutar del acto de dar.
Por ejemplo, si sabes que a un amigo le gusta el chocolate, no hace falta que le regales la caja más grande y cara de bombones, con uno y una sonrisa tuya, seguro le hará muchísima ilusión.
A alguien a quien le gustan las plantas, puedes regalarle una, o unas semillas para que pueda ver todo el proceso de crecimiento, o enviarle una foto de una bonita flor, o dibujarle una tú mism@.
Si vas a una entrevista de trabajo, un detalle sería investigar antes la historia de la empresa.
Pregúntale a esa persona qué tal ha ido su día, dile que te apetece escucharle, que te cuente alguna historia mientras le miras y sonríes.
Si le gustan las manualidades, puedes regalarle algo hecho por ti, o si no es lo tuyo, encuentra un tutorial sobre algo que llame tu atención y creas que le puede interesar, y envíaselo.
Déjale una nota a tu pareja o a tus hijos en algún lugar por donde vaya a pasar. Dile algo con amor, con cariño, sincero, que alimente su autoestima. Verás cómo guarda el papelito como si fuera oro.
Envíale una canción a esa persona con la que la escuchaste y bailasteis junt@s, o un poema, o una simple frase que tenga un significado especial.
Para trabajar la autoestima, también puedes regalar uno de mis servicios 😉 Puede ser éste, que es más completo; o éste, más ligero.
Si pruebas alguna de las propuestas y te apetece compartir el resultado, estaré encantada de saber de ti.
Para terminar, te dejo algunas ideas sencillas y creativas:
Si te gustan las manualidades, aquí te dejo una idea de álbum sencilla y chula:
Con un poquito de paciencia, puedes hacer detalles preciosos con flores, puedes secarlas tú mism@, ¡quedan preciosas!:
También adornos como estos, hechos con elementos naturales o reciclados. Échale imaginación:
Y recuerda, los pequeños detalles nunca son pequeños.
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5 comentarios en «Los pequeños detalles»
Maria me parece que este artículo es muy fácil de poner en práctica y será muy satisfactorio para muchas personas y a la vez muy entretenido, gracias por tus consejos
Sabes que te quiero por todo lo que me das
Muchas gracias por tus palabras y por tu apoyo, me animan a seguir trabajando en lo que tanto me gusta. Te quiero mucho.
Gloria, ojalá a todo el mundo le pareciese tan fácil , satisfactorio y entretenido como a ti.
Seguramente el mundo sería mucho mejor, se desvanecerían las guerras, los odios, las envidias, hasta el poder y dinero; si nos dedicáramos a Los Pequeños Detalles, para con nosotros mismos y los que nos rodean.
Los Pequeños Detalles….
Que son muy Grandes….
Valorizan la humanidad de quien los ofrece,
y ayudan tanto a quien los pueda vislumbrar.
Es triste y común que pasen desapercibidos.
Pero siempre hay personas infinitas como María,
que no pueden parar de prenderlos e insistir en recordarnos su importancia.
Pongamos que hablamos de Amor….
J.M. Serrat nos cantaba de Aquellas Pequeñas Cosas.
Gracias María.
Qué bonito, y qué grande Serrat
Muchas gracias Javier, me alegra muchísimo que te haga gustado
Seguimos!!!